Al-Ghazal y la embajada hispano-musulmana a los vikingos en el siglo IX

Al-Ghazal, VII

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... posteriormente los vikingos no pudieron igualar el éxito obtenido con el primer ataque a Andalucía, del que los andalusíes aprendieron la lección pues construyeron suficientes flotas para proteger sus costas. Estas flotas patrullaban y vigilaban no sólo las aguas de las costas andaluzas, sino también más allá, en la bahía de Vizcaya.

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Páginaa 130 - 131 de "Al-Ghazal y la embajada hispano-musulmana a los vikingos en el siglo IX", de Mariano G. Campo (Ed.), Miraguano Ediciones

Al-Ghazal, VI

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Prefirieron no aventurarse, especialmente debido a que sus pérdidas totales se elevaban a cincuenta barcos. Se dirigieron directamente hacia Pamplona desde la costa atlántica y capturaron a García Íñiguez de Navarra, que posteriormente fue liberado a cambio de setenta o noventa mil dinares.

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Página 128 de "Al-Ghazal y la embajada hispano-musulmana a los vikingos en el siglo IX", de Mariano G. Campo (Ed.), Miraguano Ediciones

Al-Ghazal, V

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Abd Allah, abuelo de An-Nasir, se casó con la princesa vasca Íñiga, hija de Fortún Al-Anqar, el rey navarro que estuvo prisionero en Córdoba durante unos veinte años".

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Página 147 de "Al-Ghazal y la embajada hispano-musulmana a los vikingos en el siglo IX", de Mariano G. Campo (Ed.), Miraguano Ediciones

 

Al-Ghazal, IV

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... Abdu'r-Rahman I, un gobernante que se caracterizó, entre otras muchas cosas, por sus intereses culturales y pacificadores. De ahí que no resulte extrano que, como señala El Hajji (q970, pág. 291) la política exterior andalusí fuera ante todo una política de no agresión, una política de estabilidades y acercamientos, llevada a cabo por una dinastía que sabía, desde su primer gobernante en al-Andalus, lo que era la persecución política. Esto explicaría en gran medida la, en principio sorprendente, actitud de Abdu'r-Rahman I tras las incursiones vikingas: en vez de buscar fomentar la rivalidad con los advenedizos y menos sofisticados vikingos, este gobernante opta por arriesgarse a enviar una delegación suya a tierras incógnitas con el fin de contar con potenciales aliados, no con enemigos...

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Página 21 de "Al-Ghazal y la embajada hispano-musulmana a los vikingos en el siglo IX", de Mariano G. Campo (Ed.), Miraguano Ediciones

Al-Ghazal, III

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Tras el establecimiento de la dominación musulmana en el norte de África, era natural que la oleada de conquistas continuara. Por tanto la mirada de Musa ibn Nusayr (gobernador del Magreb) se dirigió hacia el estrecho ahora conocido como Estrecho de Gibraltar.

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Página 20 de "Al-Ghazal y la embajada hispano-musulmana a los vikingos en el siglo IX", de Mariano G. Campo (Ed.), Miraguano Ediciones

Al-Ghazal, II

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... los fieros hombres del norte destruyeron en el año 230 de la Hégira (es decir, en el 844) la sagrada mezquita sevillana, así como los muros de la ciudad, e hicieron prisioneras a numerosas personas. Los hispalenses, sorprendidos por la violenta acometida nórdica, se vieron obligados a solicitar ayuda a los habitantes de la relativamente cercana Córdoba. Juntos, cordobeses y sevillanos, lograron al final deshacerse de los vikingos no sin cruentas luchas.

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Página 13 de "Al-Ghazal y la embajada hispano-musulmana a los vikingos en el siglo IX", de Mariano G. Campo (Ed.), Miraguano Ediciones

Al-Ghazal, I

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La primera vez que los vikingos llegan a nuestro país es debido a un acontecimiento fortuito. Navegando por las costas del oeste de Francia, una tormenta les sorprende y se ven arrastrados hacia las costas cantábricas.

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Página 12 de "Al-Ghazal y la embajada hispano-musulmana a los vikingos en el siglo IX", de Mariano G. Campo (Ed.), Miraguano Ediciones